La propuesta
Filosofía para niños, permite
reflexionar sobre el quehacer del docente frente al reto de enseñar filosofía
de manera significativa para sus estudiantes, ya que la enseñanza bajo el
modelo de educación tradicional, ha hecho que enseñar esta disciplina se
convierta en una lección más de historia y no una verdadera posibilidad de
aprender a filosofar desde la cotidianidad de nuestras vidas. La crítica al
modelo tradicionalista va desde sus métodos memorísticos de fechas, lugares y
pensadores que no dan lugar a la libre expresión de las ideas, el desarrollo de
valores sociales y la búsqueda de autonomía por parte de los estudiantes para
alcanzar sus objetivos personales. Esto se traduce en el conocer pensadores y
teorías sin ninguna relación directa con su realidad, cuando la filosofía ha
sido fruto de un mirar profundo de esa realidad. Muchas veces se ha pensado que
la filosofía es muy compleja, y por tanto complicada para nuestro
entendimiento, cuando la verdad es otra, ya que nace de nuestra admiración y
asombro frente a la vida, al mundo y al hombre mismo, y es desde allí, que
podemos construir conocimiento y ampliar
nuestra visión sobre las cosas que nos rodean. Todo depende de cómo se enseña,
de qué estrategias acojamos para enseñarla y mostrarla como parte de nosotros y
no por fuera de nosotros como muchas veces se ha venido haciendo.
Se puede enseñar
filosofía desde la escuela, por medio de situaciones que enfrentan diariamente
los niños y las niñas, lo que seguramente les va a ayudar a comprender mejor su
posición en el mundo, en su contexto; y más aún para los jóvenes que en el
bachillerato viven tantos cambios
significativos para sus vidas, por lo que desde allí, sus focos de interés
deben ser canalizados para comprender el pensamiento filosófico como tal. El
contexto es muy importante para desarrollar esta tarea del filosofar, pues se
parte de un querer conocer, tal como lo manifestaba Aristóteles en el libro
primero de la Metafísica: “Todos los
hombres por naturaleza desean conocer”, lo que manifiesta las diferencias
del hombre frente a otros seres vivos, pues el pensamiento expresa razón y se
manifiesta en la necesidad de obtener conocimiento sobre todo aquello que
inquieta y genera preguntas. Teniendo en cuenta lo anterior, la filosofía
promueva la acción decidida del conocer para abrir nuevos horizontes de
comprensión y entendimiento, a partir de situaciones que merecen ser analizadas
y contempladas por la razón.
La enseñanza de
la filosofía nos conduce a buscar nuevas formas, nuevas metodologías más activas
y centradas en el estudiante, que le permitan alcanzar las competencias
propuestas, para ello el docente debe estar dispuesto al cambio y la
innovación, y sobre todo, comprender su papel de guía y orientador de procesos
pedagógicos que promueven la crítica, el análisis, la reflexión , la
argumentación, entre otras más, que den muestra de sus capacidades para
interpretar y transformar sus propios mundos. La filosofía no es una historia
dividida en épocas y pensadores, es la posibilidad de encontrar significados a
todo que de cierta manera sigue vigente y nos causa admiración; la vida, la
muerte, el ser humano, la ciencia, el amor, entre muchas y muchas cosas
más. No es solo análisis conceptual, es
también relación del hombre consigo mismo, con su medio social, político,
económico, cultural y tecnológico.
Tomando como
base esas relaciones de las que debemos ser conscientes, filosofía para niños
requiere de un medio diferente de difusión, es por eso que se han acogido las
nuevas tecnologías de la información para tender un puente entre el
conocimiento y el estudiante, usando
como medio un blog interactivo en donde la comunidad en general pueda encontrar
información relevante sobre filosofía para niños, a la vez que puedan dar a
conocer las creaciones literarias que los estudiantes vienen adelantando como
parte del ejercicio comprensivo de su propia realidad.